jueves, 15 de julio de 2010

Adiós a las Malas Costumbres

Aunque el título suene dramático, es un llamado a mi misma a hacer un click en la cabeza.

Lo decidimos, cerramos contrato de arriendo y nos vamos a fin de mes del kibbutz.
Después de muchos dimes y diretes, la sensación de pertenencia al lugar que nos cobijo los primeros 6 años en Israel ya no era lo mismo.

La carta que nos partió el corazón en un comienzo nos dió el empujón que necesitabamos y sin darnos cuenta somos niños grandes que salimos a la realidad.

Lo que nos queda por hacer drásticamente es cambiar muchos de nuestras costumbres de kibbutz, donde sentíamos que todos los kilómetros cuadrados eran nuestros y donde nuestros niños dejaban la bicicleta en el parque de juegos, para ir a recogerla el día después.

Debo olvidarme también de dejar el auto abierto y recordar sacar las llaves que muchas veces se me quedaron puestas, cosa que en Chile habría sido una invitación con mayúsculas que dijera RÓBENME!

La mala costumbre de salir 5 para las 8 de la mañana cuanto tengo que abrir a las 8 la oficina y de paso dejar a Yael en su jardín. Aún estoy viendo en que jardín pondré a Yael desde Septiembre, pero no será al lado de casa por lo que tendré que hacer repartición de niños en auto.

Otra cosa es tener un minimarket al lado de casa con una cuenta/crédito que se paga una vez al mes. La verdad creo que no tener crédito al final de cuentas puede ser positivo para no ser tan tentados, ya que cada vez que decíamos que ibamos a ahorrar al final del mes de todas maneras llegabamos casi a las 300 lucas en compras. Entre los heladitos, las cosas ricas para el fin de semana y sus vinitos para acompañar las comidas.

Cerrar la casa con llave!!! Quiero contarles que no tengo llave de mi casa, entre nosotros y que de aquí no salga, mi casa está abierta todo el tiempo, cuando salímos toda la familia a veces la cerramos, al parecer hay una llave escondida en la entrada de mi casa pero sólo Jorge sabe donde está porque yo ni idea.

Es más la única razón que tuve para comenzar a cerrar la casa en la noche fue que en mi casa tengo a la Yaelita que a veces se levanta en la noche y sale a pasear con sus muñecas en coche y a Jorge que es sonámbulo y en la noche se prepara comida dormido y también sale al patio y se queda ahí como tomando sol.

Dejar todo afuera de la casa y sin candados, las bicis caras de Jorge, el skooter eléctrico de Samuel, los juguetes de los niños y hasta bolsas con mercaderías que se quedan afuera que nos olvidamos de entrar, deberemos recordar ser citadinos y comenzar a amarrar todo.

También andar descalzos para todos lados, es una cosa típica de kibbutz, los chicos llegan a casa y se sacan los zapatos con una rapidez que impresiona. Cuando llego a casa tarde suelo adivinar cuantos amigos están jugando con los niños según la cantidad de pares de zapatos que hay al lado de la puerta de entrada.
Y eso es poco decir, hay chicos que completamente no usan zapatos en todo el kibbutz, es más una de las reglas en el colegio donde estudia Samuel es que durante todo el tiempo de clases los niños deben estar con zapatos, muy chistoso.

Aunque me vaya a una zona tranquila y a una comunidad de gente relativamente pequeña creo que estaré aprehensiva en un comienzo y de a poco aprenderé a abrirme y conocer a un montón de gente nueva para volver a hacer del hogar un nido cómodo para mi familia.

Pero bueno, ya nos mudamos una vez y el cambio fue considerablemente más grande, desde Santiago al norte de Israel por lo que ahora en mi opinión este desafío nos queda chico.

Lo que falta ahora es volver a enamorarse del lugar y la gente, pero para eso se necesita tiempo pero no importa, yo al menos no estoy apurada.

Migdal acá vamos!!!



martes, 13 de julio de 2010

El lado odioso y adorable de los hombres cavernícolas

Hoy un hecho choqueante al comienzo me subió la adrenalina a full para luego cambiar mi estado de ánimo, de la rabia a querer a mi macho alfa de la casa, como muy instinto animal.

Después de ir a buscar a los niños del jardín decidí ir a comprar una casata helado para regalonear a Jorge que estaba en casa, y como la heladera en el minimarket está al lado de la caja, le dije a los chicos que no se bajaran y dejé el auto encendido, me iba a demorar máximo dos minutos.

Al momento de agarrar el helado entra al minimarket un tipo que traia mercadería y grita con la mayor prepotencia- Quién dejó un auto verde que no me deja pasar el carro con la mercadería?!-
Le dije que yo que iba de inmediato ya estaba en la caja, el muy pelotudo me dice - Vieja loca más encima con este calor deja a los niños encerrados en el auto-

Ahí ya mi paciencia estaba colmada y le dije - "Ya voy histérico y por mis hijos no se preocupe que los dejé muy bien en el aire acondicionado"-

Los que estaban adentro comentaron la imbecilidad el tipo y pensé que eso era todo, pero no, cuando salgo al auto estaba esperándome para seguir con el rosario de garabatos por haberle tapado la pasada, le comencé a levantar la voz y le dije que se calmara, le pregunté que quién era él para venir a gritarme y cuando ya no paraba le dije que no me iba a mover hasta que pidiera de buenas maneras o que llamaba a su empresa a reclamar por él en ese mismo instante.

Eso lo encendió de una manera inesperada y agarró la puerta del auto, me dijo que me iba a dar con el carrito de mercadería y que me iba a cagar el auto si yo no me movía en ese instante y no me dejaba cerrar las puerta de mi auto, estaba segura que me iba a llegar algún golpe de su parte, hasta que salió gente del minimarket, lo separaron de mi auto y pude irme a casa.

Ahora, mi casa queda a 300 o 400 metros de la tienda, por lo que bajé a los chicos, tratando de calmarlos, llegué a casa y le pido a Jorge el teléfono del dueño del negocio para hacer el reclamo oficial, le expliqué lo ocurrido, le dije que estuve a punto de llamar a carabineros y le pedí que pasara mi reclamo a los superiores del tontón.

Antes de que me diera cuenta Jorge ya no estaba en casa, había volado a ver al hombre que me había ofendido y asustado y obviamente a ofrecerle combos.

Ahí el cavernícola repartidor, cuando se vio al frente de un macho de verdad como es mi maridito, se deshizo en disculpas, pero no fue suficiente para calmar a Jorge que lo zamarreó un poco, sin irse a los golpes, y luego lo estuvo esperando su buen rato afuera del negocio, y por lo que me contó la cajera al final el tipo le dió pena y ella hasta le ofreció un cigarro. Mi coso al final se fue a casa con las manos empuñanas, pero limpias.

El estúpido se asustó, comenzó a llamar a pedir disculpas y pedir que no pidamos que lo echen porque él es padre de familia. me ofreció chocolates y flores como si eso arreglara las cosas.

La verdad al final el tipo me dió pena, es simplemente un poco hombre que es capaz de tirarle toda la camionada a una mujer y a sus asustados niños y chuparse con un hombre que le ofrece unos buenos combos para defender a su señora.

Sé que es retrogrado agarrarse a combos, pero cuando lo hace mi marido para defender mi honor es emocionante.
Es como esos shocks de adrenalina que tiene uno cuando es más pendejo y se manda cagadas, son de esos impulsos que vienen de lo más animal que llevamos dentro.

Las emociones a veces no se pueden controlar, sino pregúntenle al Capitán español Iker Casillas que no se aguantó en besar a su novia, Sara Carbonero, inluso al frente de cámaras y que la pobre se haya muerto de plancha. Mi marido no se aguantó la rabia y fue a sacarle la mugre a un desgraciado que me ofendió.

Es verdad, a veces a las mujeres nos gustan los hombrenes cavernícolas, no los odiosos, sino los que son brutos románticones, y siendo un poco machista les digo, la sensibilidad déjenlo a nosotras.

Coso Te Amo.

lunes, 5 de julio de 2010

El Mundial desde lejos...

A petición de mi Tío Carlos (el mejor) dedico una cuantas líneas a contar como se ha visto el Mundial desde lejanas tierras que ni siquiera fueron clasificadas porque Israel en fútbol es peor que Perú.

La verdad es que hay cosas buenas y cosas menos buenas, pero el sentimiento de Carnaval Mundialero llegó en alguna medida por estos lados.

Lo bueno es que la Shakira no nos reventó la cabeza con su Waka Kaka o como se llame, que creo que en otros lados fue más que furor, hasta una terrible adicción. Un profesor mío de la Universidad hasta subió un video en los pasillos de la U, los cabros bailando ese esquemita todos juntos, o sea, mucho.

Me imagino que en cada matinal lo deben haber bailado al menos 10 veces por mañana, pero bueno. Haberse saltado todo lo "too much" fue bueno.

Malo es que no siempre se podía conseguir una hinchada como la gente, para achoclonarse y gritar juntos por la Roja.

Yo hasta me quedé un fin de semana sola, el viernes en que jugó Chile con España, Jorge, Samuel y Gadi me abandonaron y se fueron a la casa de mis papás a ver el partido.
Me quedé con la Yaelita la que se quedó zeta antes de que comenzara el encuentro así que vi el partido solita solita muy nerd llamando a mi mamá para comentar alguna buena jugada.

Sí como escucharon, yo también comentaba las jugadas, un suceso que sólo ocurre cada 4 años, o la verdad que creo que desde el 98´en que estuve también en Israel que no veía partidos de la Selección.

Si en nuestra familia corre sangre de tenis, hasta fuimos a ver al Feña Gonzáles y al Nico Massú cuando vinieron a Israel con la Copa Davis, pero perdimos y Jorge me prometió que nunca más vería partidos de Chile porque se calienta mucho.

Acá en el kibutz la cosa es muy simpática, para los partidos abren un moadón ( no se si hay una palabra en español, centro de juntas, lobby o algo así) hay cosas para picar y se venden cervezas a precios baratos.
Hay viejos, jóvenes y niños y al otro día se comentan por las calles del kibutz cómo estuvo tal o cual partido.

En las calles se ven colgados desde los edificios diferentes banderas y se puede adivinar de donde vienen cada una de esas familias.

Un fin de semana que jugaba Argentina, teníamos prendida la tele en casa de mi mamá cerca de Haifa cuando de repente escuchabamos unos gritos de desesperación acordes a la momentos de tensión en el partido, hasta que hubo gol y el vecino casi se cae de tanto gritar por el balcón, y no nos dejó ninguna duda de que estábamos al lado de argentinos, chistoso.

De todas maneras entre sudamericanos nos dabamos ánimo antes y después de los partidos, y todos apoyábamos a Uruguay hasta que lo eliminaron, lástima porque jugó excelentemente .

De los grupos que recibimos en las cabañas donde trabajo, la gran mayoría son gringos, ya que Julio es el mes en que salen de vacaciones, y uno de esos grupos pidió que le pusieramos proyector para ver el partido de EEUU, después del partido ellos tenían paseo a Tiberias.

La cosa es que en ese partido fueron eliminados y el guía me contaba que iban camino a Tiberias cuando en la radio del bus se escucha la canción de "Queen" We are the champions y me cuenta que se le largan a llorar en el bus...pobres.

Pero es que no saben que su selección es malísima y llegaron por casualidad al mundial? Anécdotas...
Bueno otra cosa que hay en el kibutz son apuestas ilegales, siiiiii, como escuchan, bueno la verdad no es tan grave, sólo un grupo de como 15 personas que decidieron tomar cada uno un equipo a su nombre, para entrar a la apuesta había que pagar alrededor de 15 mil pesos chilenos y el ganador se lleva todo el fondo, como 225 lucas nada mal.

A la final va el chofer de taxi del kibutz, muy conocido por ser carismático y por hablar hasta por los codos, él apoya a Holanda así que cada vez que le veo le grito "Vamos naranja!!", aunque la verdad es que me da lo mismo quien gane. De todos modos es posible que veamos la final con todos en el kibutz.

Otra cosa buena es que salieron ofertas de trajes de fútbol para los chicos a precios de huevo.
La semana pasada fui a ver a Jorge a la tienda con todos los pollos, cada uno agarra una bici y la empiezan a revolver, era antes de la fiesta final del colegio de Samuel y despues de haberlos vestido lindos a todos y pefumarlos veo a lo lejos a Samy arrastrando a Gadi por toda la tienda llena de grasa y suciedad de bicicletas, cuando corrí a levantarlo de un ala veo que estaba asqueroso, y no tenía tiempo de volver a casa a cambiarlo, así que los subí rápido al auto y fui a una tienda de ropa de niños y pedí la tenida más barata que tuvieran y me dijo que tenían tenidas del mundial a chaucha.
Con todo el apuro de estar antes de la fiesta y con un niñito lleno de grasa en el auto le digo a la vendedora "-Deme cualquiera si es para salir del apuro-"
Y no me da la polera de Alemania la muy bruta, le digo "- cuál otro tienes de esa talla?", y me saca la camiseta 10 de Argentina, wuacala, o sea apurada pero orgullo chileno tengo, " Otra por favor?"
Después me da la naranja de Holanda pero acá el naranjo se relaciona con la política derecha israelí así que ni cagando y finalemente me quedé con la tenida de Brasil, jajaja.

En fin, el Mundial, aquí y en la quebrá del ají es colorido, alegre y reúne a la gente, me ahorré los tacos por las celebraciones y no me obsesioné con el Huaka Shaka, que mejor?

Sólo queda ver si apoyaré a la Madre Patria o hincharé por Holanda y el taxista del kibutz, no importa, veremos el domingo la final y será todo hasta Brasil en 4 años más.